miércoles, 24 de diciembre de 2014

Crónica 17







Porque, en el fondo, todos soñábamos con manejar aquellas naves estelares que surcaban el cuerpo humano limpiando la suciedad y combatiendo los virus y parásitos y bacterias. Todos queríamos jugar a ser leucocitos en los dibujos animados de la infancia. Pero han sido otros los que han alcanzado ese sueño, sin ellos saberlo. Esos que ahora manejan sus bicicletas tuneadas con cestas y remolques por el centro de la ciudad inspeccionando cada contenedor de basura, en un proceso de reciclaje moderno que se resume en comer lo que otros ya han comido. Convertidos en leucocitos contemporáneos. Porque, en el fondo, si fuésemos honestos, nada nos costaría detenerlos para exigirles la devolución de nuestros sueños.


jdlc, 24 diciembre 2014

martes, 16 de diciembre de 2014

Crónica 16

La canción de Dylan She belongs to me y tus palabras  pausadas en el verbo belong. Nostalgia distraída. Pero hay un montón de polvo que se arremolina y yo estoy allí, y mis dedos tiemblan. 

jdlc, 16 diciembre 2014

martes, 9 de diciembre de 2014

Crónica 15

 


La definición de tristeza. El segundo movimiento de la quinta sinfonía de Tchaikosvky. La canción de Oh! Pears. La melodía escondida pero reconocible. La definición de tristeza de finales del siglo diecinueve que rivaliza con la definición contemporánea de tristeza. La canción de Oh Pears una mañana y el azar de la radio.

jdlc, 9 diciembre 2014 

lunes, 8 de diciembre de 2014

Crónica 14

La vida es ingrata. De 1784 a 1786, Wolfgang Amadeus Mozart ofreció al público vienés 11 grandes conciertos para piano. Es difícil imaginar cómo eran las academias (conciertos por suscripción) donde el músico salzburgés deleitaba a los presentes. Sin ellos saberlo, establecía para la historia las claves del género. En la actualidad, la mayoría de esos conciertos está considerado una obra maestra. Pero la vida es ingrata. Justo después llegó el silencio. El público prefería los fuegos de artificio de otros intérpretes. La técnica más efectista. El decorado de cartón piedra. 

jdlc, 8 diciembre 2014

jueves, 27 de noviembre de 2014

Crónica 13

Escuchar I'm your teenage prayer. La necesidad de traducir en palabras el mundo de fuera para explicar el mundo de dentro. El arte de mirar tus ojos y comprender el tiempo. El imposible de escribir poesía que reproduzca la misma emoción de la canción. Sentir que el amor es un copo de maíz y ya lo comimos esta mañana. La necesidad de traducir la melodía en nostalgia. Que te siguiera besando cuando tú ya no estabas era mi forma de protesta ante el paso del tiempo. 

jdlc, 27 noviembre 2014. 

martes, 25 de noviembre de 2014

Crónica 12

Lo cuenta un personaje de Ray Loriga en una de sus primeras novelas y aún lo recuerdas, y te preguntas qué significa ese recuerdo y cómo podría interpretarse su elección entre todas las posibles situaciones vividas y dignas de ser recordadas. Lo cuenta un personaje de Ray Loriga y tal vez sea cierto. Bruce Lee es el cuerpo perfecto. El personaje desea un cuerpo como el suyo. Sin excesos, sin plástico. En cierto modo, carente de modernidad.  Y lo recuerdas ahora, tantos años después...

jdlc, 25 noviembre 2014

Crónica 11

Boceto matutino de Alhambra. jdlc.

La definición de tristeza. El concierto para violín de Mendelsohn. El día que dijiste, Aquí termina el camino de baldosas amarillas y el resto será fuego o será lluvia. El nuevo disco de Marianne y la sensación de haberte amado mucho antes del primer beso. Escuchar I'm your teenage prayer. Escuchar la lluvia. Escuchar el llanto de las palabras. El violín. El acento nasal de tu voz cuando dices, Todo esto será un recuerdo antes de haberlo vivido. Comprar libretas de rayas. Escribir, entre la maraña de frases inconexas, Todo volverá a un estado desconocido y tú serás lluvia, serás fuego. La definición de tristeza. El camino de baldosas amarillas.  

jdlc, Granada 24 noviembre 2014.

domingo, 23 de noviembre de 2014

Crónica 10

Boceto vespertino de Alhambra. jdlc
 
Pero no sólo el soplador de vidrio que sueña con la curvatura del amor puede transitar los espacios más profundos del sentimentalismo con su delicadeza y su fe ciega en la plasticidad de las palabras...
 
jdlc, Granada 23 noviembre 2014. 

sábado, 22 de noviembre de 2014

Crónica 9. Capturar eclipses.

Boceto nocturno de Alhambra. jdlc

A veces dos palabras son suficientes. Capturar eclipses. Lapido escribe. Lapido canta. El resto es relatividad e inercia. El tiempo. La lucha continua entre el yo y el tú que se asemeja a la lucha entre el tú y el yo. Dos palabras son suficientes al final de una conversación. Te quiero. Ya no te quiero. ¿Cuándo fue la última vez que capturaste eclipses? Dos minutos. Exactamente, dos minutos. Y recuerdas entonces el principio de la canción... y comprendes... y sigues, alegre, tarareando...

jdlc, Granada 23 noviembre 2014

domingo, 16 de noviembre de 2014

Crónica 8

Viernes 13 noviembre

Entonces me gustaba citar alguno de mis intentos literarios. Decir, por ejemplo,
      pero no sólo
      los pobres de espíritu
                                       Señor
      también la niña de los fósforos(1)

Entonces me gustaba citarme en el centro de una conversación y dejar en suspenso un instante de vacío para luego retomar el hilo argumental en una especie de pirueta intelectual o existencial. Era la época de los mendigos, los paseos por las calles de Murcia y la luz amarilla de la noche racionada en farolas de bajo consumo. Entonces me dijiste que el mejor poeta, entre todos los auténticos poetas, era el Dylan de la segunda época y que, de haberlo sabido, habrías capturado para mí la emoción de tararear aquella extraña melodía por vez primera, como si aún estuviera por iniciar, como si aún no hubiera sido cantada.

Yo decía, Los poetas ahora son profesionales de la palabra, autómatas del diccionario, y me citaba otra vez en un salto intelectual o existencial, y te gustaba lo que a mí también me gustaba. 

Entonces era la época de los mendigos. Yo te escribía Tiempos Modernos y tú lo tarareabas en el sofá. Yo te argumentaba que el mundo jugaba al escondite y tú mencionabas la delicadeza del soplador de vidrio.

jdlc, 16 noviembre 2014

(1) Tiempos Modernos (Iinicio poema XI). jdlc. Enero 2009.

viernes, 14 de noviembre de 2014

Crónica 7

Van Gogh

"Si alguien oye mi voz y me abre, entraré y comeremos juntos." Ap 3, 20.

"Llenaré de gracia el alma de los sacerdotes, y mi pueblo se hartará de bienes." Jr 31, 14.

"Dios es amor, y el que permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él." 1 Jn 4, 16.

 

domingo, 2 de noviembre de 2014

Crónica 6

Tinta Roja, viernes 31 octubre
 
Bailábamos y aún estaba por amanecer. Lo extraño del sueño. Que dijeras, Es hermoso el color de este vino, hermoso el color de la noche y qué pocas las estrellas, qué inmenso lo que nos queda por vivir que no hayamos soñado ya y son tus manos un recuerdo difícil de precisar en el tiempo, pero que está ahí, y me gusta, y me sorprende... que dijeras, digo, todo eso, y que al final alguien estuviera cantando en las calles, unido a lo extraño del sueño.  



jdlc, 2 noviembre 2014

jueves, 30 de octubre de 2014

Crónica 5

El Albergue, viernes 24 octubre.

El tiempo parado y la sensación de haber vivido o estar por vivir. Al final de la conversación, digo, Lloverá un día de estos y todo estará bien y todo parecerá como recién creado o recién sacado del otro lado del espejo. La noche cerrada y la lluvia por caer. Las chicas que, en las calles, parecen levitar sobre la adolescencia. Lo extraño del sueño, y que todo siga así, en un estado de certidumbre improvisada. Tus manos que someten las palabras al movimiento de la elipse. La última canción y el tarareo inconsciente camino del coche. La noche cerrada y tus palabras que susurran enigmáticas, Mañana habré terminado de contar todas las estrellas. Tus ojos recién creados y lo extraño del sueño: bailábamos al son de la música y aún estaba por amanecer.

jdlc, 30 octubre 2014.

domingo, 26 de octubre de 2014

Crónica 4

jdlc
La definición de tristeza. El cambio de hora. El atardecer idéntico al de otras tardes y, sin embargo, diferente. La simetría de tus labios. Las dudas de tus ojos. Quiero vivir siempre en el horario de verano, digo. Las dudas de tus ojos. Digo, más fuerte ahora, ¡Quiero vivir siempre en el horario de verano! La manecilla del reloj. La noche idéntica, pero diferente, a otras noches.
jdlc, 26 octubre 2014 

jueves, 23 de octubre de 2014

Crónica 3 (¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!)


El nuevo disco de Marianne. La voz trágica o anterior al tiempo que resuena en la cabeza. El violín del concierto de Mendelssohnn y la definición de tristeza. ¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos! Los cuarenta y tres estudiantes de la escuela normal de Ayotzinapa. Desaparecidos, evaporados, casi muertos. Vivos los queremos porque vivos se los llevaron. Vivos los queremos porque aún no han vivido, porque aún no han respirado la vida que, según Mario Santiago Papasquiaro, debería ser sin timón y en el delirio. Imposible ya ser timoneados. Imposible ya experimentar el delirio. Las calles de México que recorrió muchas veces Mario Santiago y ya ellos, quizás, nunca recorran. Cuarenta y tres estudiantes desparecidos el 26 de septiembre del año 2014. Cuarenta y tres vidas que tiemblan. La voz trágica o anterior al tiempo que resuena en la cabeza. La definición de tristeza.

 jdlc, 23 octubre 2014.

miércoles, 22 de octubre de 2014

Crónica 2

El nuevo disco de Marianne. Cantas give my love to London y se iluminan tus ojos un instante. Dices, La voz parece trágica. Dices, La voz parece anterior al tiempo. Cantas, otra vez, give my love to London y tus ojos, otra vez, se iluminan un instante. El violín también parece trágico y, sin embargo, no es el tiempo lo que llegará después de la música, digo. Entonces llegará la noche. Entonces llegará el final del concierto y será imposible recordar el principio. Dices, la muerte del señor Doc y la soledad del perrito Sprocket son la definición de tristeza. ¿Acaso no seguirá Sprocket vigilando los movimientos de esos seres extraños?

jdlc, 22 octubre 2014

martes, 21 de octubre de 2014

Crónica (dadaísta) 1

Murcia (tardes atrás)
El nuevo disco de Marianne. Escuchar en la radio el concierto para violín de Mendelssonh. Los atardeceres rojos y el inminente cambio de hora. El mismo pensamiento de siempre: cuando acaba el concierto apenas recuerdo el principio. Pensar en Marianne. Pensar en el tiempo. Pensar en la nueva definición de arte. Digo, Ya no se escriben sonetos igual que nadie pinta otra vez Las Meninas igual que nadie compone sinfonías. En el fondo, es lo mismo. Primera frase de la primera página de los diarios de Kafka: algo como (recuerdo) los espectadores se ponen rígidos cuando pasa el tren. ¿Será acaso la definición de tristeza lo que el violín insinuaba al principio que yo ya he olvidado?

jdlc, 21 octubre 2014. 

domingo, 19 de octubre de 2014

Mardou II


Mardou II

Los pájaros tristes
                              emiten mensajes de auxilio.
Es el fin del mundo conocido. Gustavo Adolfo
busca sus golondrinas que ya no vuelven
porque están tristes. Y no quieren,
                                            ni pueden volver tristes.

Ya no miro por la ventana porque no quiero ver
al hombre que levanta los males del mundo.
No quiero ser cómplice del asesino de sangre fría
que finge el canto de los cisnes que están tristes.
Y el vagabundo sigue comiendo las migas de pan
y no sabremos deshacer el camino emprendido.

Vayamos al cine esta noche para ver si levantamos
este ánimo cansino, este aletargamiento infantil
que nos deja drogados en un sueño raro, siniestro,
soñando que los pájaros están tristes.

Y después me hablas, me cuentas las fatalidades
y trazas los finales, porque los pájaros 
ya no estarán tristes.

jdlc (Visiones contemporáneas, septiembre 2007)

Nota: 
Y un poco después ella le dice, “Nada Austin, me pasa solamente que cuando miro por la ventana hasta los pájaros me parecen tristes”. Mirar por la ventana. Los pájaros tristes. Mirar por la ventana los pájaros que están o parecen tristes. Las ventanas cerradas. La mirada perdida en pájaros que revolotean sobre los días grises. Y volver al cine. Y escuchar las palabras. Y prometer algo. Las palabras que no volviste a decir porque sería fingir que imaginabas el pasado. “Los pájaros tristes se miran en la ventana y solamente quedas tú al otro lado del espejo”. Lo digo yo, entonces, ahora, en el sueño. (jdlc, octubre 2014)
 

domingo, 5 de octubre de 2014

Mardou I


Mardou I

Y por qué no ir al cine, después de tantos años,
por qué no recurrir otra vez a los gestos mudos,
improvisar
                   caminos cogidos de las manos,
sin necesidad de lanzar migas de pan para la vuelta,
como dos amantes primerizos,
                                                como dos seres
extraños en un recorrido nostálgico. Y por qué no
compartir cigarros nocturnos bajo las estrellas
mientras enumeras tus innumerables compromisos
y tus sueños
                       neuróticos de estrella del cine o el Jazz.
No recuerdo.

Y después hablar bajo los diálogos acariciando
las frases de las películas francesas, muriendo
un poco a cada escena abandonada como mueren
los niños de la guerra, tristes y solitarios, aunque
nos seas Autrey ni yo Humphrey pero las luces cómplices
ayudando en los últimos segundos de esta aventura
improbable y tétrica y vagamente posible.

                Y por qué no ir al cine para ver una última
película de sueños compartidos. A pesar de las palabras
y la sensación trágica de fin del mundo.

jdlc (Visiones contemporáneas, septiembre 2007)

Nota:
Habíamos intentando leer Los Subterráneos de Kerouac, y siempre terminábamos por abandonar. En al menos dos ocasiones la lectura quedó interrumpida sin un motivo aparente. Hasta que finalmente leímos el libro de un tirón, en un estado febril de fin del mundo o de primer beso en la infancia. Una de las veces dejamos el libro cuando ella le dice, “Querido, tengo que decirte algo, y si te lo digo prométeme que igual vendrás conmigo al cine...” Ella se llamaba Mardou, pero nosotros jugábamos a imaginar que era otra persona, que podría ser yo o que podrías ser tú, o quizás nadie entre nosotros. Y tú seguiste un tiempo en ese estado febril de fin del mundo o de primer beso en la infancia. Y yo te prometí un tiempo que igual volveríamos al cine, pero que sería el cine, en todo caso, quien volvería a nosotros.(jdlc, octubre 2014)
 

martes, 23 de septiembre de 2014

Años inolvidables (fragmento)


A.W.
 Años Inolvidables (fragmento)

Por esa época le pedí salir a Carlota. Fue sin ningún tipo de romanticismo, bastante frío y en el centro de mi calle a finales de invierno. Le dije, ¿Quieres salir conmigo?, y ella dijo, Sí. Y yo seguí para mi casa y ella para la suya. Además no había nada de sorpresa, pues estaba todo programada, yo le pediría salir y ella me diría que sí. Fue Ali y Susana las que lo habían programado porque compartíamos clase en el colegio, creo que estábamos en séptimo b. Yo había dejado caer un comentario del tipo, Con Anis no saldría, no me gusta, pero Carlota es otra cosa. Todo el mundo se metía conmigo porque pensaba que me gustaba Anis, así que tuve que hacer ese comentario. Y claro, en esa época, decir delante de dos chicas y dos chicos, Carlota es otra cosa, hace encender miles de alarmas y razonamientos imposibles que terminan días después con una frase en el centro de mi calle, ¿Quieres salir conmigo? Era un martes, estábamos en el centro del pueblo y no terminaba de encontrar el momento para decirle la pregunta a Carlota. Así que horas después, ya cansado y nervioso, comprendí que se había escapado, que se había ido para su casa a cenar, eran las ocho o así. Caminaba por la acera y comencé a seguirla a unos cincuenta metros de distancia. ¡Qué sencillo hubiera sido decir su nombre! ¡Carlota! Me hubiera esperado y entonces le soltaría mi frase y ella su afirmación y hubiéramos caminado hacia mi casa que estaba antes que la suya. Pero era tímido y ella ya había pasado por mi casa, así que no se me ocurrió otra cosa que empezar a correr por otra calle, pasar por delante de su casa y afrontarla en mi calle, sin esperarla, caminando hacia ella, como envalentonado por la carrera. Cómo recuerdo la carrera imposible, sorteando a las mujeres que salían de misa de ocho, corriendo como un caballo desbocado, para llegar a tiempo, para que aún no entrara en su casa. Y entonces, salí a mi calle, andando con el corazón en la boca y al decirle, ¿Quieres salir conmigo?, mi corazón saltaba y ella pudo estrujarlo y acariciarlo. Sí, mañana nos vemos. Y un mes después cortaba, no recuerdo el motivo, pero yo era tímido y no podía retenerla en mis manos, ni besarla si ella antes no me besaba, pero sigo amándola tiernamente, aunque ella meses después iniciara una relación que dura todavía, miles de años después. Gracias a ella me hice un astronauta en potencia y un aficionado a las nubes y al futuro de las otras personas. Carlota había estado antes con Tom, cuando era un héroe local del béisbol, y creo que se habían besado, pero lo supe por Tom, Carlota nunca dijo nada.

jdlc (Años inolvidables, agosto 2007)

domingo, 14 de septiembre de 2014

Winnie Cooper


Winnie

Todos amamos ese rostro de niña 
                                                    alguna vez. 

El joven que miraba revistas nervioso,
el adulto que atesoraba recuerdos, 
el niño sentado que asentía indiferente. 

Todos amamos alguna vez ese rostro 
                                                        de niña. 

Ahora queda una pantalla y una voz 
anónima que susurra tristes canciones. 

Y sabes que no volverán las viejas series. 
Y sé que no volverán aquellas actrices. 
Y sabes que mueren, igual que todos. 
Y sé que viven en retinas azules. 

No sé si sabes que todos alguna vez 
amamos ese rostro de niña. 

Es tan difícil escribir precisamente ahora. 
Tan complicado recordar aquellos 
años maravillosos. 
Yo no quiero saber lo que todos saben. 
No quiero. 
                 No debo. 
                                No puedo. 

Debo confesar, yo sigo 
amando ese rostro de niña. 
No he crecido 
                      suficientemente. 

Pero no me digas 
                            (no quiero saberlo) 
que la voz que escuchaba
                                       (no debo saberlo) 
era un doblaje,
                        (no puedo saberlo) 
una ficción. 

No me lo digas precisamente ahora 
que apenas recuerdo su rostro 
y me queda 
                  levemente 
                                   su voz.

jdlc (Delirios, septiembre 2006)

Nota:
A Winnie Cooper la infancia le reventó en la cara como una primavera o como un castillo de fuegos artificiales. Pienso en la frase de Scott, “todo lo que eres y haces de los quince a los dieciocho años de edad es lo que eres y harás durante el resto de tu vida”. Entonces volverás a amarme una vez más, porque yo te había amado al menos dos veces y porque tú, sin embargo, me amaste una vez o parte de una. En cierta forma, Winnie Cooper siempe lo ha sabido. Por eso la hemos amado. Por eso la seguimos amando. (jdlc, septiembre 2014).
 

martes, 2 de septiembre de 2014

Baby blue

Edie Sedgwick
Baby Blue

Amanece, la chica triste de ojos tristes
acurrucada en una cuna de mimbre
apura los últimos segundos del rock.

jdlc (Visiones contemporáneas, septiembre 2007)
 
Nota:
No era un poema para Edie Sedgwick. Lo de pensar en ella fue algo después. Nos interesó una breve biografía, muy breve, que habíamos leído por su peculiaridad. Modelo, actriz, musa y suicida, algo así. Y motivación para, al menos, tres canciones del Dylan de los sesenta. Pero el poema surgió como un intento de haikú. Y un intento, a su modo, de intuir una especie de final. Siempre la posición acurrucada como de iniciar la vida. Siempre la doble tristeza. Pero fue después cuando pensamos en Edie, no en ese momento, y que quizás ella podía ser la chica triste, aunque realmente no lo era. Lo habíamos escrito y ahí estaba. Y entonces era cuando yo te lo leía. Y entonces era cuando dejabas los ojos tristes. (jdlc, 2 septiembre 2014)
 

viernes, 22 de agosto de 2014

Anónimo


La noche estrellada. Vincent Van Gogh.
Anónimo

El vagabundo inspecciona el cubo de basura

en una forma innovadora de arqueología.

Menos delicada, me dirás.

                                           Es cierto, también

menos recomendada y aceptada.

Es el ritmo que marcan los tiempos.



Después tomará los cartones y los harapos,

el perro huesudo sin pelo y la mochila,

y buscará el cajero automático indefenso.

Es la evolución natural del hombre de las cavernas.



El vagabundo lanza una mano o un sombrero

a la calle desierta de sentimientos anónimos.

Piensa que los cuerpos mecánicos se mueven

hechizados por las luces parpadeantes de los comercios.



Es curioso este mundo de amargos contrastes.

Antes pasaban miles de años para que otros

rescataran del olvido y del silencio

las culturas sepultadas por el paso del tiempo.



Ahora, el vagabundo inspecciona las bolsas de basura

rescatando una cultura contemporánea, demasiado caliente.

Y no le mueve la curiosidad, ni el ansia de respuestas,

ni utiliza delicadas herramientas que no dañen la espera.



Tiene hambre y sed, y un cielo enigmático de estrellas

como techo provisional y transitorio.

                                                           Si el mundo quiere, claro.

jdlc (Visiones Contemporáneas, sept 2007)

Nota:
“El vagabundo inspecciona el cubo de basura / en una forma innovadora de arqueología”. Así, sin más, y después el silencio. Porque no hay nada más que escribir. Porque nada es posible decir que refleje mejor lo que pensamos o intuimos como mundo o sociedad: inspecciona-forma-innovadora, vagabundo-cubo. Y basura y arqueología. Tal vez no sea adecuado asemejar los restos arqueológicos con la basura que dejaron nuestros antepasados. Tal vez no sea posible afirmar que arqueología también es vaciar el cubo de basura. Pero lo escribimos, y esperamos el silencio. El poema “Anónimo” como forma de protesta contra el silencio existencial. La caverna ahora es el cajero automático que, inevitablemente, el vagabundo asaltará cada noche. Y el cielo incomprensible de estrellas... y, otra vez, el silencio... “El vagabundo inspecciona el cubo de basura / en una forma innovadora de arqueología”, y entonces ya no es posible volver a escribir poesía. jdlc, 22 agosto 2014.
 

domingo, 17 de agosto de 2014

La noche


La noche


Esta noche nos amaremos.

Tú lo sabes, yo lo sé.



Esta noche será todas las noches

y nos amaremos una, dos, cuatro

veces, asumiendo nuestra condición

de niños traviesos y rebeldes.



Esta noche sacaremos a relucir

los viejos trajes de fiesta,

nuestras corbatas pasadas de moda

y las expresiones “chip” del pasado.



Aunque debo decirte,

                                    cosa que ya sabes,

que mañana será la primera mañana

después de todas las noches,

y cuando veas mi nuevo disfraz de Elvis

no te preocupes, no llores,

                                          no te pongas triste,

únicamente, love me, tender, una vez más,

love me do, como todas las noches.

jdlc (Visiones contemporáneas). Septiembre 2007.

Nota: Nosotros no éramos mucho de Elvis pero la idea de Elvis siempre estaba ahí. Nos hubiera gustado ser una de esas cuatro o cinco personas que, cada año, se lo encontraban en un supermercado o en la cola del cine años después de su muerte. Nos hubiera gustado ser Elvis o que nuestro padre fuera Elvis, pero no éramos mucho de Elvis. Nos gustaban, claro, las canciones. Nos gustaba el Elvis de la última época. El Elvis denso y apocalíptico en sus movimientos. Y nos hubiera gustado vestir como Elvis, aunque fuera solo en la cama o dormidos o en un sueño concéntrico o en el carnaval del colegio. Nos dijeron que su traje, a lo Capitán Marvel, no lo asemejaba a un superhéroe, y es verdad, pero era mucho mejor que un superhéroe. Por eso algunas noches nos acordamos y entonces te recuerdo que todavía no me has regalado el traje de Elvis. Aunque no tenga superpoderes, aunque no sea un superhéroe, aunque nunca lo encontremos comprando pan en el supermecado o en la cola del cine. jdlc. 16 agosto 2014. 

viernes, 4 de julio de 2014

Brian Jones


.


B.J.
El niño llora.
El sueño de la cometa
no será suyo. 

jdlc 

Notas: había escrito un poema hacia Brian Jones cuando "Visiones Contemporáneas", pero en una de las muchas versiones, quedó apartado. Entonces no era "Visiones contemporáneas" lo que en realidad estaba escribiendo, era "33 revoluciones", y los diferentes archivos de word se fueron renombrando desde colección1, colección2,.. hasta colección72. El poemario tenía dos partes de siete poemas y una parte extra o final con tres poemas más: ahí estaba el poema de Brian. Después se convirtió en "Visiones contemporáneas". Todo esto ocurrió en mayo 2007 y había estado leyendo la biografía de Marianne Faithfull y visto la película Stoned. Ahora lo he recordado y al leerlo otra vez reconozco el acierto de que nunca se hubiera publicado. Pero he querido escribir algo sobre aquello, o sobre ahora, algo que pudiera rescatarse de las palabras y del tiempo.