viernes, 28 de julio de 2017

Crónica 95 - Brown Eyed Girl


New York
jdlc

Debió ser diez años atrás, cuando asistir por las noches a la filmoteca era lo más cool que podías hacer en Murcia. Esa manera de sentirte en una cultura popular oculta y no accesible para todos los públicos. Esa manera de sentirte en una comunidad de personas que aspiraban al nacimiento de la belleza. Asistir por las noches a la filmoteca y que la programación estuviera dirigida hacia la música o hacia la cultura que había generado la música. Debió ser diez años atrás. Mi paredro y yo y el Último Vals de Scorsese. La historia es conocida: The Band habían decidido separarse y Martin grabó el último concierto. Y estaban, claro, los amigos. Estaba Bob Dylan y nos gustaba Dylan con The Band y toda la historia del accidente de moto y las sesiones en el sótano porque habíamos leído en aquella época el volumen número uno de las crónicas dylanianas. Mi paredro y yo estábamos en la filmoteca y escuchaba con emoción y jugábamos los dos en adivinar las canciones, los artistas invitados. Entonces apareció él. Y era mucho más joven que ahora. Y nos gustó el traje apretado como si fuera de otra persona o de otra época muy remota. Al principio no reconocimos la imagen pero la voz. El grito primigenio del primer recién nacido y el nacimiento de la belleza. Van Morrison sobre el escenario parecía anunciar el fin de los tiempos modernos. Debió ser hace diez años y todo ocurrió demasiado rápido. Éramos tan jóvenes que la vida era la sucesión de palabras y más palabras y el amor era una conversación que podía perdurar en el tiempo. Entonces ya pensé en ti, en la forma de ti que tendrías unos años después, y en cómo detallaría aquellos instantes con mi Paredro y la insinuación de que podríamos estar fuera del tiempo por unos segundos. Al menos por unos segundos. Ćomo no referirte todo lo que sentía por aquellos músicos. Entonces leí un poema, no recuerdo si se titulaba el último vals o en un verso mencionaba el último vals, y le pregunté a la poetisa del momento si era por The Band y Dylan y Morisson y Neil, y todo eso del fin de de los tiempos y el nacimiento de la belleza. Pero la poetisa no pensaba en esos términos abstractos, ni en los códigos que mi Paredro y yo establecíamos para medir los sentimientos terrenales. Algún tiempo después escuchaba Brown Eyed Girl y pensaba en ti, pero eso es otra historia y los libros la cuentan muy bien.

jdlc, 28 julio 2017