viernes, 17 de abril de 2015
martes, 14 de abril de 2015
Crónica 22
Courtney Barnett. Los Lemonheads. Las canciones en inglés que nunca aprendimos a cantar. Que nunca aprendimos lo que querían decir. Los ídolos de la juventud. El rock. El pop. El declive del britpop. La frase en un pupitre (primero de bup) que alguien escribió, about a girl by kurt cobain. Los motetes, las cantatas, los oratorios, todo el barroco los lunes por la mañana en la era de los primeros discos compactos. Pensar en la canción de la Velvet, Sunday Morning, los lunes por la mañana. La emoción de cantar las canciones de tus grupos favoritos y cantarlas con tus ídolos favoritos. El disco de Courtney Barnett. Los Lemonheads de Evan Dando. La sonrisa al principio, muy al principio, cuando todavía guarda ese aire de timidez que roza lo poético, cuando cantas if you like me, if you love me.
jdlc, 14 abril 2015
domingo, 12 de abril de 2015
Crónica 21
El poema de Allen
Ginsberg, Why I Meditate? y
los versos irregulares con la misma estructura inicial, sentarse y
pensar, sentarse y meditar, porque el mundo está aquí, porque
ocurre la vida en el instante inicial, porque vivir y morir, porque
llorar y sonreír, y el tiempo que seguirá pasando y ya casi ha
pasado y seguimos aquí, pensando, sentados, pensando en seguir
sentados o cómo seguir pensando que seguimos sentados.
El
poema de Anne Waldman Why I Meditate? como
respuesta al poema de Ginsberg con la misma estructura inicial y como
actualización de los motivos para sentarse y pensar, sentarse y
meditar, el mundo que gira y ya ha girado, el tiempo que pasó y dejó
un sentimiento de espera irreal que ya no vuelve.
Muchos
años después el disco de Courtney Barnett Sometimes I Sit
and think and sometimes I just sit, y
entonces todo lo demás carece de sentido o adquiere un sentido más
alejado de lo terrenal que nos asusta pero que, sin embargo, nos gusta, nos sigue gustando.
jdlc, 12 abril 2015
domingo, 5 de abril de 2015
Crónica 20
jdlc, 2 abril 2016
El edificio Moneo, en la Plaza del Cardenal Belluga, se ha convertido en uno de los lugares que más controversias y estupefacciones genera en la ciudad de Murcia. No conozco a nadie que, ante el deleite de contemplar la fachada barroca de la catedral, no haya manifestado alguna vez su agrado o desagrado, en cualquier caso su asombro, ante el retablo de catedral moderna con pedestales pero sin figuras de santos, donde la catedral se mira o se refleja, según se quiera.
No
pretende esta nota aportar nada nuevo a la polémica mencionada.
Nada, más allá, que la inquietud que produce el arte. Nos
limitaremos a resaltar algo usual y cotidiano: todo el mundo se
extraña de no recordar qué hubo alguna vez en ese lugar donde hoy
se aposenta el edificio Moneo. Y lo dicen, además, con cierta
nostalgia, como si lo anterior, sin recordarlo, en una situación que
se asemeja a aquello de cualquier tiempo pasado fue mejor, tuviera
que ser necesariamente, no solo mejor, también más armonioso con la
arquitectura de la plaza. El caso es que nadie parece recordar qué
hubo allí, si es que alguna vez hubo algo, como en cierto modo
tampoco recuerdan qué hubo donde hoy se levanta la catedral de
Murcia (si es que alguna vez hubo algo) y, sin embargo, no parecen
extrañarse de su mala memoria.
No
ocurre lo mismo con el mendigo del aparcamiento de la Glorieta.
Aunque nos esforcemos, parece que siempre ha estado ahí. Alguna vez
aparece una rumana, pero el hombre, con su ropa gris y aviejada,
justo al final de la escalera o al principio de la misma, siempre ha
estado ahí, incluso parece que estaba antes que el aparcamiento o
que el incremento de los coches motivaran la necesidad del
aparcamiento. Porque lo cierto es que otros mendigos desaparecen
cuando cae la noche o asaltan el cajero automático o se trasladan a
otro parque más recóndito para dormitar sobre los bancos de madera,
pero no este mendigo con su cuerpo acomodado a la escalera de
piedra. Preguntarse quién estaba antes que él en ese lugar, si es que hubo
alguna vez alguien, tal vez sea una forma de interrogar el mundo.
jdlc, 5 abril 2015.
jdlc, 2 abril 2016
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