domingo, 14 de septiembre de 2014

Winnie Cooper


Winnie

Todos amamos ese rostro de niña 
                                                    alguna vez. 

El joven que miraba revistas nervioso,
el adulto que atesoraba recuerdos, 
el niño sentado que asentía indiferente. 

Todos amamos alguna vez ese rostro 
                                                        de niña. 

Ahora queda una pantalla y una voz 
anónima que susurra tristes canciones. 

Y sabes que no volverán las viejas series. 
Y sé que no volverán aquellas actrices. 
Y sabes que mueren, igual que todos. 
Y sé que viven en retinas azules. 

No sé si sabes que todos alguna vez 
amamos ese rostro de niña. 

Es tan difícil escribir precisamente ahora. 
Tan complicado recordar aquellos 
años maravillosos. 
Yo no quiero saber lo que todos saben. 
No quiero. 
                 No debo. 
                                No puedo. 

Debo confesar, yo sigo 
amando ese rostro de niña. 
No he crecido 
                      suficientemente. 

Pero no me digas 
                            (no quiero saberlo) 
que la voz que escuchaba
                                       (no debo saberlo) 
era un doblaje,
                        (no puedo saberlo) 
una ficción. 

No me lo digas precisamente ahora 
que apenas recuerdo su rostro 
y me queda 
                  levemente 
                                   su voz.

jdlc (Delirios, septiembre 2006)

Nota:
A Winnie Cooper la infancia le reventó en la cara como una primavera o como un castillo de fuegos artificiales. Pienso en la frase de Scott, “todo lo que eres y haces de los quince a los dieciocho años de edad es lo que eres y harás durante el resto de tu vida”. Entonces volverás a amarme una vez más, porque yo te había amado al menos dos veces y porque tú, sin embargo, me amaste una vez o parte de una. En cierta forma, Winnie Cooper siempe lo ha sabido. Por eso la hemos amado. Por eso la seguimos amando. (jdlc, septiembre 2014).
 

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