Boceto (10/05/2012) inacabado.
-Yo puedo volver a nacer de tu cuerpo si antes descubro el secreto oculto de la luna.
Eso dijiste, muy al principio, y yo dije que la luna
ya no era el arquetipo original de la circunferencia
pero sí la pista dejada por el Dios geométrico para inducirnos
el pensamiento circular (fíjate en los orientales)
antes que los vértices y las aristas nos convencieran
que la línea recta siempre acorta la distancia entre dos adioses.
También me dijiste que nunca podrías amarme
como en aquella película italiana del novecento
que tanto nos gustaba; que tu amor se asemejaría
al practicamente de puentismo en el momento
de máxima tensión en la cuerda; que tu amor
bastaría para elevar una montaña pero no
para acercarla o alejarla.
Todo eso me dijiste y más cosas que no recuerdo
en la noche del principio de los tiempos.
Aún tus pechos no estaban formados completamente
y mantenían ese tacto suave y conservaban el olor a nuevo
y tus labios era carne que electrizaba mi cuerpo
con pequeñas descargas que...
Pero yo lo sabía entonces (lo había leído en San Juan)
que el amor brota de los seres humanos
en un proceso parecido a la combustión espontánea
que nunca quema, pero siempre arde. Parecido, matizaste,
a la sensación posterior a quemarte la mano en el fuego
y aparecer algo que palpita en el interior de la piel nervioso,
como si hubiera nacido un corazón en miniatura.
....
jdlc
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