domingo, 17 de agosto de 2014

La noche


La noche


Esta noche nos amaremos.

Tú lo sabes, yo lo sé.



Esta noche será todas las noches

y nos amaremos una, dos, cuatro

veces, asumiendo nuestra condición

de niños traviesos y rebeldes.



Esta noche sacaremos a relucir

los viejos trajes de fiesta,

nuestras corbatas pasadas de moda

y las expresiones “chip” del pasado.



Aunque debo decirte,

                                    cosa que ya sabes,

que mañana será la primera mañana

después de todas las noches,

y cuando veas mi nuevo disfraz de Elvis

no te preocupes, no llores,

                                          no te pongas triste,

únicamente, love me, tender, una vez más,

love me do, como todas las noches.

jdlc (Visiones contemporáneas). Septiembre 2007.

Nota: Nosotros no éramos mucho de Elvis pero la idea de Elvis siempre estaba ahí. Nos hubiera gustado ser una de esas cuatro o cinco personas que, cada año, se lo encontraban en un supermercado o en la cola del cine años después de su muerte. Nos hubiera gustado ser Elvis o que nuestro padre fuera Elvis, pero no éramos mucho de Elvis. Nos gustaban, claro, las canciones. Nos gustaba el Elvis de la última época. El Elvis denso y apocalíptico en sus movimientos. Y nos hubiera gustado vestir como Elvis, aunque fuera solo en la cama o dormidos o en un sueño concéntrico o en el carnaval del colegio. Nos dijeron que su traje, a lo Capitán Marvel, no lo asemejaba a un superhéroe, y es verdad, pero era mucho mejor que un superhéroe. Por eso algunas noches nos acordamos y entonces te recuerdo que todavía no me has regalado el traje de Elvis. Aunque no tenga superpoderes, aunque no sea un superhéroe, aunque nunca lo encontremos comprando pan en el supermecado o en la cola del cine. jdlc. 16 agosto 2014. 

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