No volverán, joven Rey,
las noches de vino y rosas. El tiempo seguirá agrandándose en tu pequeño
corazón. Regresarás muchas noches al lugar del idilio pero, como el
asesino que regresa a la escena del crimen, siempre negarás
cualquier implicación, cualquier sombra de sentimientos. No
volverán, joven Rey, los días de la siembra, el agua en el río que
se asemeja a la tierra plomiza y los juegos con los carros de
combate. Y nadie volverá a poner en duda tu mortalidad ahora que ya
no eres mortal.
jdlc, 30 noviembre 2015