jueves, 22 de marzo de 2012

2. Móvil


 Edie Sedgwick

Era la primera vez que escuchaba tu voz en el teléfono móvil.

Tomabas un batido de té con hojas de poesía clásica, yo una cerveza muy alemana de la época del otoño y tus manos parecían interpretar el movimiento de una sonata mozartiana en el aire. Conversábamos y mencionaste tu pareja o tu novio, no recuerdo, y pensé que podía ser un intento por inculcar sentimientos recíprocos en mi mente. 

Apagamos el teléfono. 

Hablar de esa forma era como el hilo palomar y los dos vasos de danone con que confeccionábamos simulacros de teléfono en los años del colegio. La voz se transmite como un funambulista en la cuerda floja.

Era la primera vez que sospechaba la no existencia de una red de seguridad.

jdlc

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