miércoles, 22 de junio de 2016

Crónica 57

Marianne Faithfull, 9 Julio 2009, Cartagena. Foto: jdlc.
 Recuerdo a los hombres del parque sentados en un banco de piedra y la camisa abierta para soportar el calor de la noche. Recuerdo las palabras y el consejo para que bordeáramos el edificio por su parte derecha y las obras en el lado izquierdo. Y trazar el perímetro completo para comprobar que estábamos tan cerca como al principio de la entrada al concierto. 

Recuerdo algunas cosas de esa noche. El concierto como de verbena y el calor como diluido o alejándose. Recuerdo, por ejemplo, a las señoras que hablan sobre sus hijas y sobre un vecino que no sé qué había hecho con no sé qué persona. Recuerdo al inglés de mi espalda con un objetivo impresionante montado sobre una cámara minúscula,  y el disparo metafórico ante cualquier movimiento hubiera o no sonido.

Pero, sobre todo, recuerdo que Marianne se pronuncia, o se dice, algo así como merianne cuando la presentan al principio del concierto. Entonces se derrumban los mitos o algo que se parece a los mitos. Las luces encendidas y el espectáculo que comienza. Entonces me inunda una sensación trágica de fin del mundo. 

Esto es la belleza, pienso, esto es el nacimiento de la belleza. 

jdlc, 22 junio 2016




No hay comentarios:

Publicar un comentario