sábado, 26 de noviembre de 2016

Crónica 87


No lo sabía, pero todas las fotografías lo mostraban en movimiento y era el primero de los síntomas de su nomadismo. También, pero más tarde, la falta de emoción por los lugares conocidos y que la única forma de nostalgia que podía sentir fuera la ausencia del silencio. 

jdlc, 26 noviembre 2016

sábado, 5 de noviembre de 2016

Crónica 86


Esta semana los hermanos Gallagher han presentado en cines el documental Supersonic. La difusión, al menos en Murcia, ha sido muy minoritaria: una única sala y dos pases al día. El documental no es para no iniciados. Se deben conocer ciertos detalles y, aún así, en algunos momentos puede perderse el hilo o el fin de algunas escenas. No todo lo relatado se llegó a conocer directamente en España. Para los iniciados, resulta bastante interesante completar las canciones de entonces con todo el contexto que las originó o que las terminó de lanzar al mundo. Al final, mientras permanecemos todavía en las butacas del cine, queda una pregunta: ¿será esto el preludio de la vuelta del grupo? Tal vez la respuesta pueda encontrarse en el momento que Liam Gallagher menciona que todavía deberían esta tocando en Knebworth. Es decir, que toda aquella gente que acudió a los dos días de concierto, y toda la otra que no pudo asistir, debería estar todavía ahí, con el grupo, en una especie de eterno retorno que nos llevaría a cantar hasta la saciedad las canciones de los dos primeros discos. Quizás sería similar al final de All around the world, pero sin que hubiéramos llegado a escucharla. 

jdlc, 5 noviembre 2016

sábado, 29 de octubre de 2016

Crónica 85

wikipedia
He decidido dejar atrás mi relación con la Maga. Ella deberá comprender mi silencio y tomará un camino. Volverá a llamar en unos días o semanas y entonces seguiré jugando con ella a los amantes incomprendidos. Pero tal vez no me vuelva a llamar y mi relación con la Maga habrá terminado irremediablemente. Es ella quien deberá decidirlo, quien deberá seguir el camino de baldosas amarillas o el camino equivocado del que hablaban los cero. ¿Cómo saberlo? Le dejaré uno de los libros de este verano. Es posible que sea mi último regalo material. Ya he puesto mi nombre y la fecha en la primera página de cada libro, pero así tendrá un libro mío y al mismo tiempo será suyo. Porque compré dos libros al principio del verano: La espuma de los días de Boris Vian y La vanidad de los Duluoz de Jack Kerouac. He leído todos los libros de Jack que han sido traducidos y en un poema escribí que no debería leer más libros de Jack. Pero aún no he leído este libro. Cuando quedo con la Maga acabo de terminar el libro de Vian, y me ha gustado y ha dejado una sensación extraña en mí. Quizás por lo extraño del propio libro, y por las sensaciones o situaciones extrañas que plantea o describe. Me ha gustado lo de la pianola (no recuerdo bien) que fabrica cócteles según la melodía que se interpreta en ella. Será este el libro que le regale a la Maga. Quizás el último libro que le regale a la Maga. Será el libro que tenga la Maga con mi nombre y la fecha en una de las primeras páginas. Ella podrá arrancar esa página o escribir encima cualquier otra cosa, pero mi nombre está ahí cuando quedo con ella y entonces le explico que ese libro era para mí y lo compré al empezar el verano junto con el libro de Kerouac y he pensado que podría ser para ella. No le menciono nada de que posiblemente sea una de las últimas veces que hablaremos porque he decidido no volver a quedar con la Maga. No de una forma consciente. Dejar la relación aquí o que el tiempo la retuerza según quiera o que ella decida qué debería ocurrir, pero el momento se quedará petrificado en ese instante, en la espuma de los días, en el libro de Boris Vian. 

jdlc, 29 octubre 2016

viernes, 21 de octubre de 2016

Crónica 84

La Academia de los Nobel no ha podido contactar con el premiado en la sección de literatura. Los hechos son sobradamente conocidos. El jueves 13 de octubre la Academia otorgó el premio a Bob Dylan “por haber creado una nueva expresión poética dentro de la gran tradición americana de la canción". Como ocurre todos los años, la noticia se difundió al instante en medios de comunicación y redes sociales. Esa noche Dylan actuó con su banda en Las Vegas.  Cuatro días después, la Academia anunció que desistía de intentar contactar con el premiado. Habían conseguido hablar con el agente del músico y con personas de su entorno, pero no con Bob Dylan. Ignoraron, quizás, que la Never Ending Tour funciona desde 1988 y que, como su propio nombre indica, no pude parar su inercia. Desde que se anunció el premio, Bob ha dado seis conciertos: Las Vegas (13), Indio (14), Phoenix (16), Alburquerque (18), El Paso(19) y Luboock (20). De haber estado pendientes o atentos, los académicos podrían haberlo intentado el sábado 15 o el lunes 17, ya que Bob estaría posiblemente descansando y mirando el tiempo pasar, o, como cantaba Calamaro, ensimismado sabiendo que Elvis está vivo. También podrían haber asistidido a uno de esos conciertos y comprobar qué es ahora Bob Dylan. En cierto modo, los Académicos podrían llegar a constatar o probar que, en realidad, Bob Dylan no existe. No, al menos, el Bob Dylan que ellos han premiado como renovador de la gran tradición americana de la canción. Alguien podría argumentar fácilmente que Bob no existe desde el momento que es un tal Robert Allen Zimerman, pero sería caer en lo obvio. En los debates iniciados en todos los medios sobre la controversia y donde algunos, para no herir sensibilidades, concluyen que la literatura no, pero sí la música de Bob, siempre se olvida a Hendrix: ante su incapacidad para cantar bien se veía reflejado o inspirado por Dylan. Ahora mismo no hay conciertos programados para diciembre y, tal vez, el músico pueda acudir a recoger el premio o, al menos, no pueda esgrimir compromisos de agenda para no hacerlo. Pensamos que a Bob Dylan todo esto le trae sin cuidado. No sabemos lo que pensará Robert Allen Zimmerman.

 jdlc, 21 octubre 2016

sábado, 15 de octubre de 2016

Crónica 83

Era el 9 de julio del año 2004. Unos meses antes nos habíamos enterado que la Never Ending Tour pasaba cerca de casa y compramos las entradas para el concierto. Habíamos leído en una biografía de Bob que la idea de esa gira interminable era que, tarde o temprano, Bob tocara cerca de tu casa. Y ese día Bob tocaba cerca de nuestra casa, tan cerca como unos ciento cincuenta kilómetros, en la ciudad de Benidorm. Recuerdo haber grabado un disco con todas las canciones posibles para escucharlo en el coche, sobre todo canciones de la trilogía rock de los años 65 y 66. Recuerdo haber aparcado justo encima de la plaza de toros y cambiarme los pantalones cortos por unos vaqueros y que nos bebiéramos una coca cola o una cerveza en unos pocos tragos ante la mirada atónita de los guardias de seguridad que impedían cualquier acceso. Y la cámara de fotos de carrete escondida como si fuera una reliquia milenaria. Bajar los escalones y entrar en el ruedo y colocarnos justo en el centro de la plaza sobre los cables de sonido que venían desde el escenario hasta la mesa de mezclas. Recuerdo estar sentado en la arena esperando y levantarme un rato para hablar con la Maga y que se me cayera en el trance el vaso de plástico que contenía la cerveza, pero no recuerdo nada de lo que hablamos y no estoy seguro que ella tampoco pudiera recordarlo. Me sorprendió que me gustara Amaral, subida en un taburete con un traje minúsculo y la guitarra y la voz que se elevaba bestial sobre la tarde que ya terminaba. Y entonces apareció la banda y se hizo la noche. Y entonces los tiempos cambiaron y todas esas canciones de la trilogía rock que habíamos escuchado envejecieron cientos de años y parecía una reunión de viejos amigos que se juntan para desentrañar los recuerdos. Me sorprendió que no hubiera nadie en el centro y que Bob tampoco mirara hacia el público, que estuviera en el lado derecho tras el piano o el órgano como de perfil, como vigilando a sus músicos o como tocando para ellos y entre ellos y el público hubiéramos venido a eso, a la música, no a los músicos. Y recuerdo salir como si fuera otra persona o como si hubiera asistido al nacimiento de la belleza, sabiendo que no podría comunicarlo, que cuando terminara por contarlo todo perdería su magia.

jdlc, 15 octubre 2016

domingo, 9 de octubre de 2016

Crónica 82


Pero entonces, al volver de Hamburgo, le pidió a la madre de Stu la bufanda de los años en la escuela de arte. Los hombre duros nunca caían en nostalgias ni en melancolías. Pero los hombres duros también tenían derecho a sentir que el mundo podía resquebrajarse y que no siempre los botines de cuero ni las guitarras eléctricas estarían ahí para sostenerlos. La bufanda que Stu, en los años de la escuela de arte, utilizaba para protegerse del invierno de Liverpool. Y volver a ella como forma de detener el tiempo o como forma de que el tiempo no modificara el recuerdo de Stu para dejarlo en una niebla de humo o en un sueño imposible.

jdlc, 9 octubre 2016

Crónica 81

jdlc

llegaron ellos
y se apropiaron
la vida invisible

jdlc, 9 octubre 2016


Crónica 80

jdlc

 
entre palabras
la tarde ha dejado el sueño arrinconado
para que la lluvia
y el otoño
jueguen a los desencuentros

pero será mañana me dices
y siempre pienso en los tejados
en el plano inclinado
y en el sueño de los primeros aviadores

la tarde ha dejado
un leve inicio de cereza
en el contorno de tus ojos

la mosca revolotea
sobre la mesa
                         apura
los restos de la cerveza

jdlc, 9 octubre 2016

domingo, 2 de octubre de 2016

Crónica 79


 
Taza de casa de Javi 
jdlc 
Pienso en los dibujos animados de entonces: la imposibilidad de que los niños de ahora puedan esperar uno o varios días hasta que la jugada en el centro del campo termine por concretarse. 
 jdlc, 2 octubre 2016
 
1.INFANCIA INFINITA
Es un hecho contrastado: la fuerza que acelera la expansión del universo es la misma fuerza que expande el campo de fútbol en los dibujos animados japoneses. Aunque fingen conocer los motivos, los eminentes científicos están equivocados. Lo importante no es por qué se alejan las galaxias, sino de qué se alejan, y cada vez más rápido.
Los niños conocen la imposibilidad de un campo de fútbol con curvatura terrestre en una isla alargada y abrupta, pero comprenden la necesidad: el terreno de juego debe adaptarse a la visión panorámica de los ojos orientales.
El problema son, siempre lo han sido, los jueces de línea. ¿Cómo indicar con precisión milimétrica un fuera de juego en un campo que se curva y se deforma por la fuerza intrínseca de sus jugadores?
jdlc. Vaguedades Existenciales. 2012.

Crónica 78

Y entonces, muchos años después, tal vez porque recuerdas su voz pronunciando la palabra belongs o porque tal vez recuerdas la traducción que aporta como sin darle importancia, la vida deja un rastro sobre las baldosas amarillas y rezamos para que los pájaros o el vagabundo no coman de las migas de pan. 

jdlc, 2 octubre 2016

POEMA A UN TEMA DE BOB DYLAN

Hay gotas de licor en tus ojos color cereza.
Hay gotas
                  de licor
en tus ojos color cereza.
Hay un diminuto vagabundo en tus ojos de cereza.

En la noche nos abrazamos como suicidas nostálgicos.
En la noche
                    nos abrazamos
como suicidas nostálgicos.
Y no es melancolía el nombre recurrente de tu cuerpo.

Palabras inofensivas que trazan caminos inversos.
Palabras
               inofensivas
que trazan caminos de inversos.
¿Dónde dejaste las faldas estudiantiles de cuadros?

Compraré medicamentos para digerir tus melodías.
Compraré
                 medicamentos
para digerir tus melodías.
Vendrá el Doctor Robert con el jarabe de los sueños.

Hay gotas de licor en el vaso que dejaste apresurada.
Hay gotas
                 de licor
en el vaso que dejaste apresurada.
Es hora de beber el último recuerdo que nos une.

jdlc. Visiones Contemporáneas.

sábado, 1 de octubre de 2016

Crónica 77


El Matadero, Madrid.
jdlc 
 
Recuerdo haber escuchado las canciones en la radio y sentir la emoción del directo y luego comprar el doble cd y quedar escuchando como si yo hubiera estado allí.
Quedar en las fotografías en blanco y negro y mirar las palabras en inglés y sentir una magia de misterio o de amor por el mundo o de poesía cotidiana que podría devolverte para siempre a mi lado.
Tu voz metálica como de cuento que pronunciaba belongs.
Tu ojos de los veinte años que me miraban petrificados por la electricidad cuando hablaba emocionado sobre las canciones de la primera parte y el acento en la voz nasal, después de haberte contado todo eso de Judas y el Play fucking loud, y luego la batería pero sobre todo el órgano que se arremolinaba entre los acordes de la canción y todo parecía perfecto o en armonía con el mundo.
Recuerdo tu voz metálica que pronunciaba la palabra belongs antes de trasladar su significado y que entonces el título de la primera canción She Belongs to me quedara totalmente clarificado y las palabras, esas palabras que parecían un lamento según me habías dicho y que yo te había argumentado que era la voz de un poeta que se enfrenta con el mundo de las emociones, esas palabras se quedaron entre tú y yo como en una cuerda floja metafórica o como la mujer que en Rayuela transportaba la bolsita de mate sobre un listón entre las ventanas de las casas.
Sentir que ella me pertenecía mientras el órgano perseguía los acordes y no terminaba de entrar en el momento adecuado, mientras la voz nasal de la parte acústica del directo parecía un lamento eterno que se repetía melancólico. 

jdlc, 1 octubre 2016 

domingo, 18 de septiembre de 2016

Crónica 76

C.O.U. (1998)
jdlc 

En el programa Turbo 3 de Radio 3 han puesto la primera de las canciones inéditas que serán publicadas a los veinte años del disco Be Here Now de Oasis. Noel Gallagher interpreta Don't go away en una de sus primeras versiones o maquetas y el locutor, Julio Ródenas, nos advierte que quien canta la canción no es, como en el disco publicado, Liam Gallagher. Como bien recoge la portada del disco la fecha de publicación fue un 21 de agosto de 1997. No hace falta mencionar que entonces era algo más complicado que ahora acceder a la música pero ya en las radios comerciales había sonado el primer adelanto D'You Know What I Mean? antes del verano. Estas emisoras, como era de esperar, colocaron el nuevo material a la altura del disco anterior, What's the Story, Morning Glory?, porque tal vez su función, más que la crítica, era la venta de discos. En el verano de la publicación del disco el programa de Paco Pérez Bryan en Radio 3 estaba de vacaciones. A todos nos sorprendió que, tras su vuelta, Paco se liara con el disco Anoka: Soundz of the Asian Underground en sus primeros programas de septiembre y nada dijera del grupo Oasis. Tuvieron que pasar dos o tres fines de semana para que Paco pusiera las primeras canciones de Be Here Now y supiéramos qué pensaba sobre el nuevo material de Oasis. No recuerdo con exactitud todas sus palabras. Recuerdo que mencionó la duración casi absurda de las canciones y que la muerte de Diana de Gales, apenas diez días después de la publicación del disco, había ensombrecido la presencia de los hermanos en los medios de comunicación con la correspondiente merma en la campaña de publicidad. También recuerdo que mencionó que el disco no había conseguido llegar al número uno de ventas en Reino Unido en su primera semana y que, por tanto, ya no lo conseguiría. Ahora, casi veinte años después, hemos escuchado a Noel reconocer la duración casi absurda de las canciones, pero el programa de Pérez Bryan, De 4 a 3, apenas continuó un año o dos después de todo aquello. 

jdlc, 18 septiembre 2016 

sábado, 17 de septiembre de 2016

Crónica 75

Bolnuevo
Y cómo haber sabido que el beso primero contendría todos los posteriores y que, cuando terminara tu aclamado y soñado año Platón, volverías a decirme que te quiero y los dos quedaríamos como ausentes o petrificados en el tiempo y sería parecido a aquellos muñecos de Playmobil a los que nos gustaba quitarles las pelucas para introducir en sus monótonas cabezas trozos de papel con palabras inventadas.

jdlc, 17 septiembre 2016

sábado, 10 de septiembre de 2016

Crónica 74


El nuevo disco de Wilco. Las canciones de Jeff Tweddy y la nostalgia de América en el tono lánguido y melancólico. Nacer en el mundo equivocado o en la música equivocada. El concierto del año 2009 en Murcia y la primera canción y la sensación de que el mundo estaba por crear. Y estar enganchado a los calmantes. Y que las terribles migrañas emitan señales de auxilio. Y la poesía minúscula que no será o será la ansiedad convertida en pensamientos, en sueños, en historias hipnóticas de mujeres que volvieron para, en el fondo, recrear el olvido, recrear el nacimiento de la belleza. El nuevo disco de Wilco y la definición de tristeza. La noche, siete años atrás, que Jeff Tweddy cantaba en soledad sobre el escenario del auditorio y todo era oscuridad, era luz en un fondo de sueños azules que fingían la relatividad del tiempo y de las emociones. Recordarás, quizás, aquella canción y aquellas palabras, making love, que tanto intentaba canturrear al principio de los tiempos y que te dijera que eso, el making love, era el momento culmen de la canción y que la vida era así, siempre sería así.

jdlc, 10 septiembre 2016 

viernes, 9 de septiembre de 2016

Crónica 73

Cafe Haskell, Murcia
jdlc
"Hay veces, no muchas pero tampoco pocas, que pienso en ti". El pensamiento circular. Iván Ferreiro.
 
Habías estado toda la semana jugueteando con las palabras en el teléfono, dejando que me dejara llevar en la conversación y terminara por contarte todo aquello sobre mis sueños que estaban a punto de erosionar, la corriente de aire que giraba en tu pelo, la sonrisa perfecta y el guiño de ojos que me devolvía al pensamiento circular, todo aquello sobre mis sueños, sobre el día que había dormido apenas un segundo en el coche de un amigo antes de la fiesta y luego cuando hablamos te comenté lo absurdo de todo, de haber ya dormido y lo imposible de volver a soñar.

Al final de la semana en la libreta de rayas dejé anotado la pregunta imposible que nunca terminaría por dar respuesta. El jueves estuvimos hablando una hora y media en el teléfono fijo. ¿Qué puede esto significar? Pero el absurdo de no encontrar significados porque las palabras decían lo que tenían que decir, pero que fuera lluvia lo que se quedaba siempre pendiente en el momento de romper a llorar no necesariamente dejaba dilucidado el asunto existencial de amar, de sentirte como el espejismo, de mostrarte tan distante que en el fondo podía fingirte y dibujarte en la servilleta de bar con la que confeccionaste el último de los barquitos de papel que simularía los cuadros de Edward Hopper.

jdlc, 9 septiembre 2016

Crónica 72


es tarde para el polvo

tarde para el lápiz de carboncillo
que suave difumina tus labios

para el sueño que dejó inconcluso
el primer beso después de Nunca Jamás

pero no es tarde 
para el cúmulo de imágenes
que prefiguran el amor
y el reloj de arena 
que concretaba las pausas
entre dos palabras
entre dos caricias

y será tarde 
me dices
es así pero
la vida
el tumulto
el polvo 

tarde para el beso
que despierta el sueño

y eras la princesa

y era la lluvía


jdlc, 9 septiembre 2016 

sábado, 3 de septiembre de 2016

Crónica 71

Cooper, Lemon Pop 2016
jdlc

es tarde

el tiempo
que acumulaba polvo
acumuló principios

pero es tarde
me dices
con tu voz difuminada
por el lápiz de carboncillo

será mejor volver
a la escena de partida

será mejor
volver
al sueño inacabado

es tarde 
el reloj de arena
ya marcó las cinco


jdlc, 3 septiembre 2016

miércoles, 31 de agosto de 2016

Crónica 70

WineFandango, Logroño
jdlc
Después de tantos años, escuchas el inicio de la tercera sinfonía de Beethoven y la música evoca esa eternidad  que podemos asir mediante recuerdos y que espera el inicio del tiempo o el nacimiento de la belleza. Pero no es lo mismo, me digo, no son lo mismo ahora aquellos pros y contras de entonces.

jdlc, 31 agosto 2016

Pros y contras
(Este poema apareció publicado en la revista Espinosa. Revista de filosofía. Año II, no5 Murcia. Otoño 2003/Invierno 2004. Depósito Legal MU-2552-2001. I.S.S.N: 1578-6161)

Pongamos los pros y los contras
en la mesa, para que, más tarde,
cuando analicemos despedidas
no nos arrojemos injurias,
insultos u otras tonterías.


Hablemos de los pros y los contras
para ver si somos compatibles
y si el tiempo nos deparará
banquetes felices o tristes
sepelios matutinos.


Busquemos los pros y los contras,
no por miedo a comprometernos
a un amor de perfiles dudosos,
más bien, como medida aprobatoria
de que tú, de que yo, además
de posibles amantes, fuimos y somos
seres independientes.


Analicemos los pros y los contras
dando importancia a los primeros
e intentando obviar los segundos,
reconociendo, que si al final,
los pros sucumben ante los contras
no fue por intereses escondidos
sino por las fuerzas desconocidas
que el amor no llegó a materializar.


Y cuando los pros y los contras
nos definan, y nos unan
o separen mutuamente,

déjame aclararte
que sólo tuve
o tengo
un contra.
Saber que después
de tantos años
analizados y buscados
tus pros y tus contras
no llego a comprender
dónde dejaste tus contras
y quién o quiénes
me cegaron para sólo ver
tus pros relucientes.


jdlc, verano 2003

viernes, 19 de agosto de 2016

Crónica 68

Museo Picasso, París.
jdlc

(Se reproduce, a continuación, un diálogo en la nube tras la Crónica 67  con mi compañero y amigo Fernando Inglés Bonilla)

ÉL: Las crónicas dadaístas de Juan de la Cruz: darle a «Me gusta» sin entender un pijo. Algo así como lo que dijo The New York Times sobre La Faraona, “Lola Flores, una artista española, no canta ni baila, pero no se la pierdan”. ¡Un genio! 

YO: Acabo de llegar de París y me encuentro tu nota/apreciación sobre mis crónicas... y citando el New York Times sobre nuestra folclórica más internacional... parecer que se hace algo... 

ÉL: La comparación podría parecer dadaísta, pero no puede ser más sincera: ni ellos entendían a Lola Flores ni yo te entiendo a ti, lo cual no nos impide ni a ellos a mí una cierta admiración. En seguimiento.

Crónica 69

Tumba de Julio Cortázar en Montparnasse
jdlc

Hemos comido en el Jardin des Tuileries mirando la gente pasar y los niños que juegan con las estatuas y en el pequeño estanque de agua. Me fijo en el muchacho que realiza posturas imposibles sobre la hierba y pienso que debe ser algún ejercicio o postura de yoga. También en los muchachos con el torso descubierto que toman el sol y las personas que están leyendo en los bancos de piedra. Nos ha gustado todo ese rollo de las sillas de hierro verdes, que después comprobaremos en otros jardines de París, pero no ha sido posible encontrar ninguna libre en la parte del jardín donde estamos. Podemos ver la noria pequeña y la feria y el movimiento de personas en esta hora de la comida, inverosímil por el calor en nuestra tierra de Murcia. 

Hoy es el primer día de nuestro viaje a París y no tenemos nada previsto salvo caminar y esperar que la ciudad nos acoja o que salga a nuestro encuentro. Mañana empezaremos a visitar los museos, las iglesias, a poner sensaciones a todo eso que ya hemos visto en libros y revistas, a todo eso que hemos leído y que otros nos han contado. Pero hoy es el tiempo quien nos tiene a nosotros y terminamos, frente al Musee du Louvre, asomándonos al Sena. 

Caminamos por el margen izquierdo en la dirección de las aguas y en el Pont Carrousel bajamos hasta la orilla y hacemos ese trayecto bajo los árboles, sintiendo la presencia milenaria del agua. Entonces llegamos al Pont des Arts y recordamos Rayuela y esa enigmática frase inicial, "¿Encontraría a la Maga?". Debieron ser aquellos tiempos muy diferentes a los de ahora. Los casi sesenta años habrán llenado estos lugares de turistas que apuran el segundo y la fotografía ansiando la eternidad, habrán llenado los lugares de una comercialidad artificiosa que elimina cualquier atisbo de naturalidad. Pero pensamos en Rayuela y la hipotética Maga asomada al río sobre el petril de hierro del puente. La Maga de ficción que tal vez recorrió estas mismas calles que ahora estamos recorriendo nosotros y sintió la presencia mágica de la ciudad.

Es entonces, cuando llegamos al Pont Neuf y ya podemos divisar la parte superior de las torres de Notre Dame, cuando tomamos el metro para adentrarnos en las profundidades y salir minutos después en el distrito de Montparnasse. Hay, en una esquina, una indicación del cementerio pero hay que intuir su presencia más adelante, cuando dejamos atrás las cafeterías con las mesas redondas y pequeñas y las sillas que miran hacia la calle como si miraran o esperaran una representación teatral. Entonces divisamos la pared cubierta de vegetación y uniforme a lo largo de cien o doscientos metros, como algo diferente entre los edificios que se suceden, monótonos, con la misma estructura y estilo. Es el cementerio de Montparnasse.

Hay en la entrada un tablón que muestra el plano del cementerio salpicado de círculos con números y en un lado la relación de cada número con las personas más o menos conocidas que hay enterradas. Buscamos el número de Julio Cortázar y podemos figurarnos en la distancia la posición aproximada. Nos percatamos que también está enterrado Jean Paul Sastre y está justo en la entrada del cementerio, apenas a diez o veinte metros de donde nos encontramos. Los visitantes han dejado sobre su lápida los billetes de metro y una piedra encima para evitar que el aire los aleje. 

Caminamos en línea recta y en el centro vemos la plaza que distribuye el cementerio. La tumba está en la parte derecha. Al tiempo que avanzamos podemos sentir que tal vez no hemos medido bien las distancias. Dudamos si al andar y mirar las tumbas no habremos andado demasiado. Hay gente en la parte derecha, no mucha, dos o tres personas. Giramos también nosotros y nos adentramos entre el nudo de rectángulos de piedra. Entonces vemos el blanco, pero también la torre de Montparnasse, que sobresale sobre los árboles del cementerio, con sus oficinas y su cristal negro que refleja los rayos del sol. Pienso, en un instante, en el pico de la montaña del Valle de los Reyes de Egipto que he visto alguna vez en fotografías y en la analogía que hicieron los faraones con el pico de una pirámide para ser enterrados allí, sin necesidad de construir nuevas y costosas pirámides. Pero ahora no recuerdo porqué pienso eso cuando miro la torre de Montparnasse a lo lejos frente a la tumba de Julio Cortázar.

En la tumba no hay nada. En una placa de metacrilato se pide respeto por el lugar de descanso de los muertos. Está Julio Cortázar y Carol Dumlop, su última pareja. Pero también está Aurora Bermúdez, que falleció en 2014, y que acompañó a Cortázar en París durante los años de Rayuela. Nososotros abandonamos el cementerio pensando, como la Maga, en "pájaros pintos o en un dibujito que hacían dos moscas". 

jdlc, 19 agosto 2016

Crónica 66

jdlc
Observar la Gioconda de Da Vinci en el Museo del Louvre debe ser parecido a escuchar los grandes éxitos de tu grupo favorito o solicitar una fotografía a tu futbolista preferido. Hay un momento en que todos los presentes nos arremolinamos en la gran sala para presenciar algo que ya hemos visto reproducido cientos de veces. No es posible apreciar el detalle, ni sentir el rastro del autor sobre el cuadro. Ella mira al resto de los mortales convencida que nos superará a todos y que todo terminará por pasar. 

En cualquier caso, estás ahí, rodeado de personas de otros países con tu móvil preparado para la fotografía. Estás ahí esperando tu turno e intentando dejar paso a los que ya han tenido sus segundos de gloria. 

A mí, personalmente, este cuadro no me dice mucho o sencillamente no me dice nada. No he leído el Código Da Vinci y, por tanto, no llego a sentir una atracción hacia este cuadro que supere lo meramente artístico. Entre creer o no creer en secretos centenarios que se han transmitido de generación en generación por unos pocos privilegiados, y ante la ignorancia del resto del mundo, prefiero no creer. 

La vida es complicada y el ser humano, la mayoría de las veces, tiene que estar preocupado por asuntos mayores, la supervivencia y cosas así. Tal es el caso de una de las últimas (creo) teorías sobre la pervivencia del Homo Sapiens sobre el Neanderthal: su capacidad de memoria y su mayor longevidad permitió que transmitiera de generación en generación asuntos como, por ejemplo, los lugares donde se podía encontrar agua cuando esta faltaba en épocas de sequía. Secretos de este tipo han permitido que ahora podamos entretenernos con otros supuestos secretos.

Pero quizás todo esto no tenga relación y no sea más que un delirio intelectual. Ella nos seguirá mirando desde el otro lado. 

jdlc, 18 agosto 20165

miércoles, 17 de agosto de 2016

Crónica 67

Tumba de Jim Morrison en Pere-Lachaise (París)
jdlc
Ser un poeta y morir como poeta. París en la distancia y el seno materno a miles de kilómetros. El cementerio de piedra y los árboles que se agarran al cielo. Rimbaud y Verlaine. El mundo a tus pies y que lo quieras todo ahora. El mundo también ahora. Y escribes poemas pero es la música lo que hay dentro de ti. La música que incita el alma que no muere como no muere tampoco la piedra gris. La poesía no cambiará el mundo. La música tampoco cambiará el mundo. Pero la música te levantará del escenario y serás el otro que está dentro de ti y que conoces pero te asusta. Y serás un poeta y morirás en París como un poeta. El cementerio de piedra gris te acogerá bajo un árbol entre lápidas que se encogen por el paso del tiempo. París en la distancia. La piedra que se mira en la piedra.

jdlc, 17 agosto 2016

domingo, 14 de agosto de 2016

Crónica 65

La gente que camina sobre el Ponts des Arts. La luz en el río y el verde que no refleja el azul. Buscar lo que nadie busca sabiendo que no podrá ser encontrado. El jazz en una calle y es la música el sonido de tus pasos al acercarte. Mirar las cosas por primera vez como recién salidas de la creación del mundo. La gente aturdida que sabe que no volverá, que sabe que nadie nunca podrá volver, que sabe la condena a repetir lo banal, lo insulso, lo menos interesante. Y que dijeras, Yo ya he estado aquí una vez, tal vez en sueños, y que yo no me atreviera a preguntar cuándo, dónde exactamente. 

jdlc, 14 agosto 2016

jueves, 11 de agosto de 2016

Crónica 64

Escuchar la primera canción del último disco de Teenage Fanclub. I'm in love. Escuchar la melodía casi perfecta y el tiempo atrapado en dos minutos y medio. La bofetada temporal mientras piensas en la edad mental y la edad emocional. Como si el tiempo hubiera pasado para lo otros y no para ti que escuchas todavía  el single de Radio y era la única canción que tenías hace veinte años. Teenage Fanclub. I'm in love. Y entonces piensas que el paso del tiempo como acumulación de objetos materiales morirá mañana o pasado mañana cuando todos cantemos juntos You... came to me... with your arms... opened wide...

jdlc, 11 agosto 2016

viernes, 29 de julio de 2016

Crónica 63


Aquellos días debieron ser de fiebre y sueño. Los mismos días que Yoko refugiaba el amor en un tarro de conservas y lo dejaba en una exposición y el arte era eso: emociones enlatadas en botes de espinacas. Pero hay que volver a las raíces cuando todo parece un castillo de fuegos artificiales. Volver a los días de Liverpool, a los días de los primeros y únicos acordes, a los discos americanos que sonaban imposibles y eran tan admirados, tan rebuscados para su imitación que el mundo parecía recién nacido.

Eso era algo que nos gustó del concierto, que al final sonara John cantando ese Stand by me que grabó para el disco de versiones sobre el rock, el disco antes de la soledad y la segunda y última paternidad. Esa canción de B.E. King y la voz nasal y el ritmo diferente de la guitarra. Los días donde la existencia peligraba y era púrpura, era ceniza, era un tren hambriento...

...y que los raíles ya no prefiguraran el punto de fuga a lo lejos...

jdlc, 29 julio 2016

miércoles, 27 de julio de 2016

Crónica 62


El matemático inglés Charles Dodgson escribió los libros de Alicia tal vez como un pasatiempo pero, en cualquier caso, como una forma de atrapar el tiempo. Volvería a Delfos y el oráculo volvería a fingir desconocer el destino de los hombres. Pero Alicía quedaría intacta como una figura de cera pero sin las facciones apagadas o como de hielo que no llegan a transmitir o comunicar emociones. La misma tarde se repetiría en la misma tarde. Y Charles volvería a los juegos infantiles, a los juegos prohibidos que rozaban lo comprensible, a la sonrisa perfecta de los nueve años y no cambiar, nunca cambiar.

jdlc, 27 julio 2015

lunes, 25 de julio de 2016

Crónica 61


El poeta Pedro Casariego Córdoba soñaba con trenes hambrientos mientras la vida era púrpura y nubes, silencio y ceniza. El poeta buscaba los trenes en el tiempo y el tiempo era agua. Un día el tren hambriento fingió ser el poeta. Un día el tren era agua y púrpura. El poeta buscó la imagen y la imagen ya no estaba. El tren tampoco estaba. El hombre delgado que no flaqueará jamás en una dimensión más abstracta, menos dolorosa, tal vez más primitiva pero rozando lo perfecto o lo simbólico. El tren hambriento exigió el cuerpo de su domador. Los poetas como seres inofensivos que se abandonan al canibalismo de las emociones. El tren hambriento era la poesía. Pedro Casariego Córdoba era el poeta.

jdlc, 25 julio 2016

martes, 19 de julio de 2016

Crónica 60


Habíamos visto en la guía de viaje esta pequeña etnoteca y pensaste que sería interesante volver cerca del Palacio Pitti. No nos habíamos percatado esa mañana porque justo mirábamos el Palacio, pero en ese momento un hombre ciego pasaba por la puerta y tocaba un timbre en su bastón y alguien había salido para ponerle una copa de vino sobre un tonel de madera. Cuando la encontraste por la tarde en la guía de viaje los dos pensamos en esa situación que las pocas horas habían relegado al olvido entre el arte y otra vez el arte, y que tal vez sería la misma etnoteca.

Recuerdo estar sentado y sentir a mis espaldas la mole de piedra frente a una copa de vino rosado de la Toscana, la conversación trascendente y tus ojos observándolo todo. Pedimos el vino rosado porque era el único que podíamos permitirnos. Tal vez no conservo fotografías de esas dos tardes porque no las necesitábamos. Pensé en la idea de felicidad que alguna vez Borges había mencionado de estar en el tiempo pero al mismo tiempo fuera del tiempo. Y no descubrirlo hasta unos días después. Quizás te dije que podría estar de espaladas a la fachada del Palacio Pitti porque, en cierto modo, podía imaginarlo y porque no terminaba de gustarme del todo. Esas cosas vacías que se dicen para parecer más interesante o impresionar o dejar que las palabras sean interpretadas por los silencios.

Pero recuerdo, sobre todo, al hombre de los sombreros luminosos que las dos tardes vi acercarse desde el Ponte Vecchio caminando sobre la baldosa. Apenas unos segundos desde que advertía su presencia hasta que pasaba justo frente a nosotros por la puerta de la etnoteca y entonces era su espalda la que quedaba mostrada y el sol del atardecer lo convertía en fuego y tiniebla. Recuerdo la mochila y los cachivaches de plástico que habrían rivalizado durante todo el día con el arte del Quattrocento. Recuerdo su cara y la mirada perdida y monótona, la ropa oscura y anacrónica y fuera de temporada, la sensación de extraño en un lugar donde todos éramos extraños, la piel quemada o maltrada por el sol, la mueca en los labios de satisfacción por estar quizás alguien esperándolo... la contradicción existencial entre él y nosotros...

He pensado muchas noches en el hombre de los sombreros luminosos. A veces he intentado escribir algo. Sigo pensando que hay un secreto en todo esto. Tal vez el secreto del mundo. Espero que el síndrome de Stendhal no me impida averiguarlo. 

jdlc, 19 julio 2016

 

viernes, 15 de julio de 2016

Crónica 59


Serás mi chica para las noches más tristes, le dijo, y entonces el amor quedó difuminado o aletargado, el amor atrapado entre dos sueños, y alguien susurraba o cantaba una melodía de niños a lo lejos.

El tiempo era así: primero surgía el beso y luego se apagaba la luz. El tiempo era, a veces, una nube o una palabra, y otras veces un juego de miradas o un final del mundo que acumula más y más nostalgia.

Le dijo, Serás mi única chica para las noches más nostálgicas. Ella parecía (la expresión mínima en los ojos) estar casi ausente de todo o a la espera del nacimiento de la belleza. 

jdlc, 15 julio 2016

martes, 12 de julio de 2016

Crónica 58

Ella inició la lectura de Rayuela por tercera vez con la intención de encontrar dualidades. Le dijo, Estaré ausente del mundo unos días, podrás volver después y hablaremos.

El tiempo se había estancado en conversaciones sobre free jazz que no llegaban a ninguna parte. Tras una tarde de licores y puntos de vista disonantes, ella le lanzó el argumento de siempre de la trompeta y el disco de vinilo y lo que ocurrió cuando olvidaron la reproducción de los vinilos. La trompeta siempre perduraría. Él ya no estaba para saltos mortales sin red y sin paracaídas o para debates vacíos sobre la existencia o no existencia del expresionismo o el dadaísmo.


Ella dijo (la expresión mínima en los ojos) que él siempre había sido su amante más sensible. 


jdlc, 12 julio 2016

miércoles, 22 de junio de 2016

Crónica 57

Marianne Faithfull, 9 Julio 2009, Cartagena. Foto: jdlc.
 Recuerdo a los hombres del parque sentados en un banco de piedra y la camisa abierta para soportar el calor de la noche. Recuerdo las palabras y el consejo para que bordeáramos el edificio por su parte derecha y las obras en el lado izquierdo. Y trazar el perímetro completo para comprobar que estábamos tan cerca como al principio de la entrada al concierto. 

Recuerdo algunas cosas de esa noche. El concierto como de verbena y el calor como diluido o alejándose. Recuerdo, por ejemplo, a las señoras que hablan sobre sus hijas y sobre un vecino que no sé qué había hecho con no sé qué persona. Recuerdo al inglés de mi espalda con un objetivo impresionante montado sobre una cámara minúscula,  y el disparo metafórico ante cualquier movimiento hubiera o no sonido.

Pero, sobre todo, recuerdo que Marianne se pronuncia, o se dice, algo así como merianne cuando la presentan al principio del concierto. Entonces se derrumban los mitos o algo que se parece a los mitos. Las luces encendidas y el espectáculo que comienza. Entonces me inunda una sensación trágica de fin del mundo. 

Esto es la belleza, pienso, esto es el nacimiento de la belleza. 

jdlc, 22 junio 2016




martes, 14 de junio de 2016

Crónica 56




Eliges al azar el disco de los Stone Roses. Las canciones nos siguen gustando. Con dificultad, todavía podemos tararear algún estribillo. Esa emoción contenida al final de This is the one, pero sobre todo la sorpresa en la canción número ocho, made of stone, que casi no recordábamos. Hay un momento en el que parece que todo puede volver a su estado original. Hay un momento en el que todo volverá a su estado original. Ya no se hacen canciones como estas, dices, y yo te creo, y te cuento lo que recuerdo sobre este grupo y sobre estas canciones. Podríamos estar así toda la tarde. Podríamos, incluso, escuchar el segundo de sus discos. Pero has elegido al azar el disco de los Stone Roses. Será mejor volver al principio.

jdlc, 14 junio 2016

Crónica 55


Era el año 98. Octubre o noviembre del año 98. Estaba en primero de carrera. No conocíamos nada. La frase estaba escrita en la mesa de madera. Apenas tres líneas escritas a lápiz. Parecían versos de un poema. Unos versos extraños de un poema. Quizás, un poema muy extraño.

Máscaras, agonías, resurrecciones,
destejerán y tejerán mi suerte
y alguna vez seré Robert Browning.

La letra era inclinada. La típica letra de no mantener recto el cuaderno, pero en una mesa de madera. Todo era muy confuso, o ahora me parece muy confuso. Algo similar a niebla que lo difuminaba todo.

En aquella época no conocíamos nada. Después, unos meses después, leeríamos un libro pequeño de narraciones. En un bar, una noche alguien comentó lo del libro de arena y yo lo entendí como algo real y lo interesante que sería. No lo entendí como una imaginación o una ficción, pensé que me estaban contando algo real. Pensé lo complicado de llevarlo a la práctica y la imaginación del autor para materializarlo. No sabía que, en el fondo, todo aquello prefiguraba a Dios.

Después, muchos años después, leímos el poema. Los tres versos de la mesa de madera estaban al final y quizás fue la imagen de Robert Browning la que trajo el recuerdo y la emoción del recuerdo. Podríamos haber llorado entonces, pero seguíamos sin conocer nada. 

jdlc, 14 junio 2016

miércoles, 25 de mayo de 2016

Crónica 54


jdlc
Era el año 95. En la mesa del aula de música alguien había escrito About a girl by Kurt Cobain 94. Estábamos en primero de Bachillerato. Por el aula de música pasábamos todos los grupos. Recuerdo haberlo visto escrito una sola vez y después desapareció o tal vez ya no me senté en la misma mesa. También recuerdo los motetes y la música barroca, y el primer contacto con la música digital. El profesor colocaba el disco compacto en el reproductor y todo parecía de una perfección casi infinita. Entonces no conocíamos nada. No conocíamos el significado de Kurt Cobain, ni el significado de 94. Pero sí que en un concierto uno de los instrumentos rivalizaba con la orquesta.

jdlc, 25 mayo 2016

domingo, 15 de mayo de 2016

Crónica 53




La música de los Doors. La película sobre los Doors y Val Kilmer como Jim Morrison o Jim Morrison como Val Kilmer. Ser poeta como Rimbaud y Verlaine y París en la distancia. Ser un poeta simbolista. El cementerio de Pere Lachaise. Las canciones de los Doors y la sensación de vivir en el tiempo pero fuera del tiempo. Y volver a la infancia y no encontrar nada. Y percibir el infinito y no sentir nada. La canción del Morrison Hotel, Indian Summer. Los poemas y París en la distancia.

jdlc, 15 mayo 2016